miércoles, 7 de noviembre de 2012

DICTADURA MILITAR (CHILE)



Existe poca información sistematizada sobre la represión política, la violencia política estatal o, utilizando el lenguaje moderno, la violación de derechos humanos a lo largo de la historia de Chile. Si hubiera que efectuar un recuento histórico de las violaciones de los derechos humanos, se debería iniciar antes del período republicano que comienza con la independencia de 1810.
Es necesario destacar que, desde la llegada de los españoles a principios del siglo XVI (1541) hasta épocas recientes, se han sucedido graves agresiones contra los pueblos originarios.
Los pueblos aymaras, mapuche, rapa nui y los pueblos de Tierra del Fuego situados en territorio chileno, han sufrido graves violaciones de sus derechos humanos, que, en algunos casos, han significado su extinción como grupo humano.
Tal es el caso de los alacalufes, yaganes y onas del extremo sur. Asimismo, los pueblos mapuche, aymara y rapa nui sufrieron violaciones de sus derechos fundamentales, a lo que hay que añadir los procesos de desintegración, marginación y miseria que viven actualmente. La existencia futura de estos pueblos está seriamente amenazada.
Penetrar el estudio hacia esas épocas remota será difícil y arduo, así como lo será establecer un balance general de los hechos de más gravedad en las violaciones a los derechos ocurridas en Chile a partir del período post colonial o republicano (desde 1810) hasta nuestros días, por cuanto tal tarea inconclusa sufrirá la falta de estudios sistemáticos y objetivos del tema.
Sin embargo, no cabe la menor duda de que los peores aplastamientos de los derechos individuales y sociales en el Chile moderno se produjeron durante el régimen militar que encabezó el general Augusto Pinochet, tras el cruento derrocamiento del mandatario socialista Salvador Allende.
No hay otro período en Chile de tan larga y aguda precariedad de la vida, las garantías individuales, el acceso a la información, la libertad de opinión, el derecho a permanecer en la patria, el derecho de petición y de asociación, y la protección de los tribunales de justicia. Sin embargo, es interesante reseñar algunos actos de violencia social ocurridos antes de la administración de Allende (1970-1973), para subrayar que las situaciones dictatoriales que dominaron los tiempos de Pinochet no son excepciones en nuestra historia. Estos hechos se pueden interpretar en el contexto histórico en dos grandes etapas:
a. Período de exclusión de 1880-1920. Caracterizado por la exclusión de los sectores populares en la negociación política de los intereses de los diversos actores sociales. A partir de 1900 crecen las demandas de los trabajadores a través de diversas formas de movilización, pero el Estado liberal los excluye de toda forma de participación social y política. No existe una legislación laboral que regule las relaciones capital-trabajo.
La resolución de los conflictos se caracterizará por una fuerte oposición y enfrentamientos directos. El Ejército participará directamente en la represión y el número de víctimas será bastante alto. 
b. Período de integración 1920-1970. Caracterizado por un Estado que desarrollará el "sistema democrático", con espacios de negociación de los intereses de los diversos actores sociales. La lucha sindical y electoral serán los instrumentos principales de los sectores populares. El Estado legislará las relaciones capital-trabajo a través de un código del trabajo. La Policía o Carabineros, salvo algunas excepciones, participará directamente en la represión, siendo el número de víctimas mucho menor. 

Los hechos represivos más importantes en los dos períodos son:
– Valparaíso, 1903. Huelga de los obreros portuarios exigiendo mejores salarios. Se producen enfrentamientos entre la policía y los trabajadores. Hay 50 obreros muertos y 200 heridos. 
– Santiago, 1905. Protesta masiva por la carestía de la vida, desatada por el rechazo de los trabajadores del impuesto sobre importación de ganado argentino. El movimiento conocido como la "semana roja", registra enfrentamientos entre policías, bomberos y jóvenes aristocráticos por una parte y trabajadores por la otra. El saldo es de aproximadamente 70 muertos y 300 heridos. 
– Iquique, 1907. Los obreros de las salitreras del desierto del norte del país se declaran en huelga exigiendo la anulación del pago con fichas de las empresas y demandando mejores condiciones de trabajo y habitación. Paralizan cerca de 15.000 trabajadores, que después de algunos días se concentran en la Escuela "Santa María" de la ciudad portuaria de Iquique. El gobierno decreta el Estado de Sitio en la zona y designa jefe al general Silva Renard, quien, finalmente, ordena abrir fuego contra los obreros y sus familias. La masacre deja un saldo de 2.000 muertos entre trabajadores, sus mujeres y sus hijos. 
– Antofagasta, 1921. El gobierno reprime una huelga en la oficina salitrera San Gregorio. Los obreros exigían un desahucio justo. Mueren 22 obreros, afiliados a la Federación Obrera Chilena, otros son detenidos y juzgados por tribunales militares. El dirigente obrero Luis Emilio Recabarren (uno de los fundadores del Partido Comunista) es detenido durante dos meses por estos hechos.  
– La Coruña, 1925. Cerca de Iquique, una huelga en la planta salitrera de La Coruña, durante la presidencia de Arturo Alessandri, termina con el desalojo y la muerte de numerosos obreros. Cerca de 2.000 huelguistas serán deportados al sur de Chile. El Ministro de Guerra era el general Carlos Ibañez del Campo, quien posteriormente será Presidente de Chile en dos ocasiones. 
– Santiago, 1938. Un grupo de jóvenes del Partido Nacional Socialista toma el edificio del Seguro Obrero a un costado del Palacio Presidencial de La Moneda. Después de rendirse a los militares son ejecutados cerca de 63 jóvenes. 
– Santiago, 1946. En la Plaza Bulnes, en el marco de una huelga nacional, mueren 6 trabajadores a consecuencia de la represión de la policía. 
– Santiago, 1957. Por una huelga de estudiantes que más tarde involucra a sectores de trabajadores y a sectores marginales urbanos, se producen enfrentamientos con la policía en el centro de Santiago. A consecuencias de los cuales resultan 21 muertos. 
– Santiago, 1960. En el contexto de un huelga nacional, personas de la población José María Caro, en el sur de Santiago, son reprimidas por el Ejército cuando intentaban impedir el paso de los trenes. Seis pobladores fueron muertos. 
– El Salvador, 1966. Después de un largo movimiento huelguístico en los minerales de cobre de la zona norte, se producen enfrentamientos al momento de ser desalojados trabajadores que habían tomado la sede sindical de El Salvador. Ocho trabajadores fueron muertos. 
– Puerto Montt, 1969. En una toma de terrenos en dicha ciudad del sur del país, mueren 9 pobladores al ser desalojados por la policía. 



2. La dictadura militar chilena

El 11 de septiembre de 1973, el gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende es derrocado por un golpe de Estado, dirigido por una Junta Militar del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y los Carabineros de Chile.
El general del Ejército Augusto Pinochet asume el poder. La represión y la persecución militar contra los partidarios del régimen anterior, de los partidos de la izquierda y el movimiento popular comienza de inmediato.
Los primeros enfrentamientos armados entre Fuerzas Armadas y partidarios del gobierno de la Unidad Popular se producen en diversos puntos del país, en especial en los grandes centros urbanos.
En Santiago, el Palacio Presidencial, en el cual se encuentran en ese momento el Presidente, Ministros y colaboradores fue rodeado y atacado por tropas del Ejército y unidades de tanques. Las Fuerzas Armadas exigen la rendición incondicional del gobierno del Presidente Allende y al no conseguir dichos objetivos La Moneda es bombardeada por aviones de la Fuerza Aérea (FACH).
Después del bombardeo y de la muerte del Presidente son detenidos los sobrevivientes. Algunos serán ejecutados ahí mismo, otros pasarán a engrosar las listas de "detenidos no reconocidos" los que, con el correr del tiempo, serán conocidos como los "detenidos-desaparecidos".
Pasados algunos días, con el control político y militar absoluto de la situación, sin resistencia masiva u organizada se desencadenará una represión y persecución en contra del movimiento popular sin parangón en la historia de Chile. De inmediato, las nuevas autoridades toman medidas represivas para consolidar el golpe de Estado y legitimarse en el poder. Entre las más importantes, se pueden indicar las siguientes:
Represivas
  • Aniquilamiento de focos de resistencia popular armada en cordones industriales, poblaciones, campamentos, universidades, sectores rurales.
  • Represión en el interior de las Fuerzas Armadas y Carabineros, en contra de tropas y oficiales que se negaron a obedecer a los mandos golpistas.
  • Búsqueda, detención y/o muerte de funcionarios del gobierno de la Unidad Popular, de las direcciones políticas y militantes de los partidos de izquierda, de representantes de la Central Unica de Trabajadores (CUT), de responsables de medios de comunicación progresistas, de exiliados políticos latinoamericanos residentes, de extranjeros supuestamente sospechosos.
  • Negación de salvoconductos para salir del país.
  • Clausura de medios de comunicación no afines.
  • Control militar sobre universidades y otros centros de enseñanza.
  • Estado de Sitio y toque de queda nocturno permanente.
  • Campos de concentración de detenidos políticos en diversos puntos del país, el Estadio Nacional de Santiago, entre ellos.
  • Coordinación de los servicios de inteligencia de las FF.AA. y las policías. 
Políticas
  • Disolución del Parlamento.
  • Disolución de los partidos políticos de izquierda y receso de todos los demás.
  • Promulgación de Decretos-Ley contra el sistema legal y constitucional vigente, con la complicidad de la Corte Suprema de Justicia y la Contraloría de la República.
  • Disolución de todas las organizaciones populares a nivel municipal, provincial y nacional.
  • Control de toda actividad nacional en los niveles administrativo, educacional, poblacional. 
Económicas
  • Anulación del derecho de huelga.
  • Realización de despidos colectivos.
  • Congelación y disminución real de sueldos y remuneraciones, en el marco de una inflación galopante.
  • Reconsideración de la propiedad jurídica de las empresas del área social, devolución a antiguos propietarios.
  • Imposición de disciplina militar en el trabajo.
  • Liberación de precios de todos los productos de consumo de acuerdo con la economía de libre mercado.
  • Acuerdo con los Estados Unidos para el financiamiento de la deuda externa.
  • Indemnización de las empresas extranjeras afectadas por las nacionalizaciones del gobierno de Unidad Popular. 
El mismo día de la instauración del régimen militar se estableció un fuerte dispositivo represivo que significó la negación de los derechos civiles y políticos. Después de la clausura del Congreso Nacional, se decretó el Estado de Sitio, Estado de guerra interno, prohibición del derecho de reunión y organización. Las nuevas autoridades desconocieron la legitimidad de las instituciones democráticas y la sociedad fue conducida con lógica militar. Con la justificación del "enemigo interno" se cometen actos propios de las experiencias fascistas europeas: campos de detenidos, muertes, ley de fuga, torturas, allanamientos a domicilios y poblaciones, ejecuciones extrajudiciales, desaparecidos. 


Se aplica y profundiza la persecución con el pretexto de un supuesto plan de la izquierda para tomar el poder total. En efecto, para justificar su acción represiva, la Junta Militar, apelará a un supuesto "Plan Zeta", "un autogolpe marxista" que tenía por objetivo asesinar a militares chilenos. Al respecto, Orlando Letelier, ex-Ministro de Relaciones Exteriores, Ministro de Defensa Nacional al momento del golpe militar, asesinado posteriormente en un atentado terrorista en Washington por la DINA, en 1976, expresaba lo siguiente:
"Para justificar o intentar legitimar la masacre y la traición, se inventó primero el plan zeta. Según declaraciones oficiales de la Junta, consistía en el asesinato masivo de oficiales de las Fuerzas Armadas el día que en Santiago se esperaba llevar a cabo la Revista Militar preparatoria de 1973, que antecede a la llamada Parada Militar, que se efectúa en Chile el 19 de septiembre.  Nunca, no obstante, las campañas publicitarias que la Junta hacía a través de todos los medios de información que controla, y a pesar de los numerosos interrogatorios a que fui sometido, nunca se atrevieron a preguntarme si yo sabía algo siquiera del plan zeta. Sin embargo, con el argumento del plan zeta y de la propaganda desplegada contra la opinión pública se pretendió, en los primeros meses siguientes al golpe, legitimar y justificar el asalto al poder y la muerte de miles de chilenos.



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